Al
entrar al cuarto año del gobierno, el presidente Enrique Peña ajustó su gabinete
más enfocado a lo económico y de salud. Ya el año pasado fue el cambio político
al entrar Aurelio Nuño a la SEP, Claudia Ruiz Massieu a la Cancillería y Arely
Gómez a la PGR.
Luego
de años de administrar la abundancia petrolera, de robar, de invertir en
proyectos no redituables, de inyectar ganancias en el gasto corriente, hoy
Pemex está quebrado. Emilio Lozoya fue el
último director que llegó a la paraestatal cuando el precio del barril estaba en
ascenso hasta que llegó a los 100 dólares. Hoy está en 20 dólares, con pasivos
de 1.1 billones de pesos, una cifra con 12 ceros o un millón de millones, de
cualquier manera es mucho dinero: Sus pasivos superan sus activos, esto quiere
decir que ni vendiendo todo Pemex podría salir del hoyo. Le debe a sus
proveedores 50 mil millones de pesos, el valor de sus exportaciones ha caído a
la mitad en un año, su producción de crudo es de 2.26 millones de barriles
diarios, la más baja en 26 años. En nueve meses las pérdidas de Pemex
alcanzaron los 20 mil millones de dólares.
Lozoya
un joven economista del ITAM y de Harvard, tuvo la encomienda de llevar adelante
la reforma energética, pero tuvo la mala suerte del desplome de los precios:
Hoy con los precios en 20 dólares no hay muchos interesados hoy a entrarle al
negocio de extracción, los capitales extranjeros se mantienen alejados. El pasivo
laboral es otro tema que lastra a Pemex. Tiene una pesada carga de 150 mil empleados
y 100 mil jubilados al cien por ciento.
Sale Lozoya |
El
golpe de timón en el barco en aguas picadas, como dijo Agustín Cartens, gobernador del Banco de México, deja al frente
de Pemex a José Antonio González Anaya, otro joven licenciado en Economía, e Ingeniería
Mecánica del MIT y doctor en Economía por Harvard, similares credenciales de
Lozoya. González Anaya entra de bombero.
En la toma de protesta, el presidente Peña le encomendó a Pepe Toño, cómo le
dicen sus cercanos, “la eficiencia y rentabilidad de todos los procesos de
Pemex, poniendo énfasis en su competitividad”, algo que marcará sin duda su
paso por la paraestatal.
Entra González |
Luis
Videgaray, el secretario de Hacienda, anunció hace dos semanas un plan de rescate
de Pemex, con dinero público. Por cada peso que se va a Pemex, se le resta un
peso al presupuesto para construir hospitales, escuelas.
En
Resumidas Cuentas hablar de eficiencia y rentabilidad en una empresa quebrada
es como sacar una varita mágica y darle la vuelta. Difícil tarea de sanear a
Pemex.
Foto Arturo Corona |
Sí
usted ha circulado últimamente por Polanco, seguramente quedó invitado a no
hacerlo. Sé que los taxistas le dan la vuelta a recoger pasaje o dejarlo en la
zona de Mazaryk, Mariano Escobedo, y calles aledañas. Las obras y ciclo vías
hacen imposible circular por ahí. Una nueva ocurrencia de urbanistas y de la
ONU-Habitat, proponen cobrar por circular en Polanco, como suceden
en otras ciudades que cobran un impuesto. Entrar a las calles de Horacio,
Homero, Ejército, le costará una cantidad como sucede con los segundos pisos. Con esto se quiere desincentivar el uso del automóvil.
Es como prohibir el estacionamiento y no construir estacionamientos, pero así
se las gasta la autoridad de la CDMX.
Estos urbanistas con mentalidad de cacahuate, estoy a favor del desuso del auto, pero todo es cobrar, todo es prohibir, en lugar de educar y hacer más eficiente el transporte público....se pasan!
ResponderEliminarSaludos, Stephanie Lewis