El
origen de la palabra Cultura viene del griego “cultus” que significa cultivo de la mente, del
intelecto. De ahí toda la confusión que hay en torno a la palabra y su
aplicación a la mejora del nivel cultural del pueblo.
De acuerdo a la última
encuesta de consumo cultural, el año pasado, sólo el 9 por ciento de los
mexicanos, asistió a un evento cultural de un exponente nacional, el 91 por
ciento restante no. El 86 por ciento no conoce un museo, y el 62 por ciento no
ha pisado una biblioteca, o un teatro. La gran pregunta es ¿que hacer para
llevar la cultura al grueso del público?, la respuesta podría llegar con la
nueva Secretaría de la Cultura que encabeza Rafael Tovar y de Teresa, ex
diplomático, exembajador de México en Italia, y cabeza del Consejo Nacional
para las Artes.
El puesto estaba cantado para que él lo ocupara luego que el
Senado y los diputados aprobaron la creación de la nueva secretaría. Los
creadores tienen fe en que el cambio será para bien, siempre y cuando la
cultura permee a los de abajo y no se quede en ese 8 por ciento de la
población.
Escuchando
al nuevo secretario de cultura delinear sus tareas, dijo primero que no va a
costar más, se hará con el presupuesto actual de Conaculta de 13 mil millones
de pesos, y los recursos de institutos como el INAH y el INBA, el IMER, Radio
Educación.
Dijo
Tovar y de Teresa que con esta nueva secretaría se abre la posibilidad de potencializar
la cultura para que llegue a todos los mexicanos, y dividió en cuatro ejes su
gestión: 1) preservación del patrimonio,
2)una agenda digital para aprovechas las nuevas tecnologías, 3)impulsar la
recuperación y restauración de la infraestructura cultural del país, 4) la
formación de públicos para que la actividad cultural tenga espectadores de
cine, teatro, danza y literatura. Prometió apoyos a colectivos de creadores y
pequeños empresarios.
El
problema siempre con la cultura ha sido su difusión limitada y dirigida a un
grupo muy pequeño de público, el 8 por ciento de la población, según la
encuesta de consumo cultural.
El trabajo de un creador se diluye en su largo camino
hasta el consumidor, además no se han
creado los andamios necesarios para ir ascendiendo en el gusto cultural, todo
esto combinado deberá de ser el fundamento de la nueva secretaría de cultura o
de lo contrario será un edificio pesado de mármol blanco como el Palacio de la
Bellas Artes que estará ahí pero tendrá las puertas cerradas a la gente.
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