Por Arturo Corona Martínez




El estado mexicana de Baja California es reconocido por sus cultivos de vides, el terreno es fértil en la península, su cercanía al mar llleva humedad a los cultivos. Pero no sólo de vino vive el hombre, también se siembra cannabis sativa, mejor conocida como marihuana.





Mota por vides

Soldados del Ejército Mexicano que realizaban un patrullaje, localizaron el plantío de 120 hectáreas, todo un récord de extensión. Ubicado a 2 kilómetros de la carretera transpenínsular, a unos 350 kilómetros de la ciudad de Ensenada, este terreno cultivado que estaba cubierto por una inmensa malla negra para evitar que fuera detectado por el aire y que lo disfrazaba como un campo de tomates, ocupa una extensión en donde caben 168 campos de fútbol soccer. Se calcula que esta droga en el mercado cale 150 millones de dólares. Es el plantío más grande y por mucho encontrado hasta ahora en México.


Se cree .al menos eso dicen las autoridades- que el dueño de este predio es Joaquín “El Chapo” Guzmán, uno de los narcotraficantes más buscado en México y en los Estados Unidos, y uno de los más ricos, según la revista Forbes.



Por un debate serio


El descubrimiento del plantío ha vuelto a subir el debate de la legalización de las drogas, en el caso concreto de la marihuana. En los Estados Unidos hay un gran debate sobre las bondades y los riesgos de legalizar las drogas. Hay algunos estados como California, vecino del mega plantío, legalizó el consumo de la cannabis con fines medicinales. En noviembre pasado, en la última elección se subió a debate la propuesta 19 a favor de despenalizar la droga. Fue rechazada por un margen muy pequeño. Se calculó que el precio bajaría de los 300 dólares la onza, unos 28 gramos que cuesta ahora en sitios permitidos de California, a unos 40 dólares.



Vargas Llosa a favor






Pero no todo es negro y blanco, escritores como Caros Fuentes, Mario Vargas Llosa, o Tomás Eloy Martínez, ya fallecido; políticos como los ex presidentes César Gaviria, Ernesto Zedillo, favorecen la despenalización paulatina de las drogas empezando por la marihuana.



El costo social en la lucha contra el narcotráfico, exige a los políticos una reflexión mucho más profunda de los riesgos y las bondades de la legalización de la marihuana. Hay que hacer un alto en el camino no se puede seguir con la misma estrategia del uso de la fuerza bruta y esperar mejores resultados, o que los narcos simplemente desistan de su comercio. Hay que romper el círculo vicioso de la dependencia y la delincuencia.



En resumidas cuentas,la comparación más simple de los que se oponen a la legalización de la marihuana, es compararla con el fin de la ley seca en los Estados Unidos, dicen que terminó con el negocio ilícito de la venta de alcohol y con los muertos por consumir bebidas adulteradas, pero multiplicó el consumo, ¿pasará lo mismo si se legaliza la marihuana? No lo sabremos hasta que lleguemos a ese momento, pero lo que sí es un hecho, terminaremos con el negocio que llevó a este gigantesco sembradío de 120 hectáreas, vale la pena analizarlo con seriedad.


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