Por Arturo Corona M.

Cada año unos 4 millones y medio de turistas visitan este atractivo turístico del estado de Arizona. Esta semana las agencias de viajes han reportado una baja en el número de turistas. El llamado a boicotear ese Estado y los eventuales pasos legales que analiza el gobierno del Presidente Barack Obama son las primeras medidas en respuesta a la ley SB 1070 promulgada por la gobernadora Jan Brewer. Pocas leyes han sido tan repudiadas y cuestionadas en ambos lados de la frontera.

¿Qué es la ley antipaisanos?

La SB 1070 consiste en resumidas cuentas en que cualquier persona por el color de su piel, por su vestimenta, por su lenguaje, por su cultura, podrá ser interrogada por la policía para comprobar si sus papeles de estancia en los Estados Unidos son legales. Sí se sospecha que sea un indocumentado, podrá ser detenida, llevada a la cárcel, obligada a pagar una multa y deportada a México. Es delito no llevar la “green card”, pero eso no es todo, sí una persona transporta a un indocumentado en su auto, aunque sea su familiar, también será sancionada.

Las medidas

El presidente Felipe Calderón dijo que su gobierno no va a permanecer indiferente ni cruzado de brazos ante la ley antipaisanos, y habló de un ejército de abogados que analizará las medidas e implementará la defensa de los migrantes. Desgraciadamente el discurso presidencial como muchos otros que hemos escuchado, corre el riesgo de quedarse en la simple retórica, tal y como le dijo al presidente un estudiante del Tec de Monterrey, “ya no más palabras ni discursos, encuentre a los que mataron a nuestros compañeros”.

La contra ofensiva

Mejor el alcalde de San Francisco, Gavin Newsom reaccionó ante esta ley racista y discriminatoria decretando la prohibición de los viajes de sus conciudadanos a Arizona así como de los miembros de su administración. El alcalde de Phoenix Phil Gordon solicitó autorización al cabildo para promover una demanda contra la ley SB 1070, para que se frene mientras se analiza su constitucionalidad. Ese precisamente podría ser el talón de Aquiles de esta aberración. La Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos y el Congreso podrían frenar la aplicación de esta ley.

Una buena ley

A pesar de lo que se diga, la ley antiinmigrante ha logrado lo que no se había hecho desde antes de los ocho años de la administración Bush y los de Barack Obama: subir el tema migratorio a debate en los Estados Unidos ante la urgencia de una ley nacional que ordene la migración ilegal. Pero el Congreso está comprometido con otras reformas, y se prepara para las elecciones legislativas en noviembre próximo. Se ve muy remoto que los congresistas se arremanguen las mangas de la camisa y se pongan a trabajar en una gran reforma migratoria, será hasta el próximo periodo en el Congreso. Mientras tanto se busca la forma de llevar el tema a los tribunales para encontrar su inconstitucionalidad.

La gobernadora modera


Jan Brewer ante las protestas modifica la ley de migración y prohíbe que la raza sea empleada por la policía como un factor para identificar a los inmigrantes ilegales, pero la ley no desaparece. No hay que olvidar que según los sondeos, el 70 por ciento de la población de Arizona respalda esta ley y otros estados como Texas podrían seguir la ruta de Arizona y establecer leyes similares. Sin embargo muchos intelectuales, políticos, artistas, repudian estas medidas racistas y se organizan movilizaciones de rechazo a la medida.

En resumidas cuentas, por si las fricciones con los Estados Unidos por la guerra contra el narcotráfico no fueran suficientes, ahora se suma el tema migrante a la agenda. Muchos oportunistas se han subido al tema. Marcelo Ebrard se vio mal al anunciar que el gobierno de la ciudad de México va a contratar abogados de primera para defender a los capitalinos que se vean en problemas en Arizona. Lo que no dice el Sr. Ebrard es que de donde va a sacar los dólares, -por baratos que estén- para pagar a 600 dólares la hora de un buen abogado que cobra en los Estados Unidos, lo que debe hacer Marcelo Ebrard es dar facilidades para la creación de empleos, quitar trámites para el establecimiento de negocios, y fomentar las condiciones para que los empleos se multipliquen, no andar hablando de lo que no sabe.

2 comentarios :

  1. Y ya lo sabe medio mundo: nosotros tratamos peor a los indocumentados centroamericanos en nuestra propia tierra. Y también se sabe que a nuestros gobernantes les interesa que haya mucho indocumentado mexicano que siga mandando remesas en dólares a nuestro país. Estoy totalmente en contra de esta ley racista en Arizona. Sólo me pregunto: ¿Qué haríamos los mexicanos si hordas de caribeños, de color, empezaran a invadir ilegalmente nuestras tierras? Que no alcen tanto la voz nuestros gobernantes. Que mejor creen más empleo. Pero eso ya también lo prometieron y lo incumplieron.

    ResponderEliminar
  2. Creo que la cosa va para largo y quiza seria interesante develar quién es la gobernadora: su forma de llegar al poder, sus antecedentes, su perfil psicológico, etc. A mí de solo observarla me parece una persona muy menor, de gran inseguridad, sin firmeza para promover y no inventar lo que firmó. Pienso que algunos la chamaquearon, por ahí habría una veta de interés

    ResponderEliminar