Por Arturo Corona M.

Este año empezó con la venganza de la madre naturaleza, tanto hemos golpeado al medio ambiente que este nos regresa los golpes multiplicados y nos recuerda lo pequeños que somos ante la devastadora fuerza de las lluvias, de un terremoto, de un tsunami, de nevadas o de sequía, de la separación de un iceberg en Antártida. El 12 de enero un sismo de 7.1 grados en la escala Richter pegó en Haití, causando más de 200 mil muertos, un millón de personas sin hogar, la destrucción de Puerto Príncipe la ciudad capital. La catástrofe fue a gran escala, hospitales, escuelas, el palacio de gobierno, el aeropuerto, la poca infraestructura se vino abajo. La gente caminaba entre cadáveres buscando agua y algo de comer, la ayuda internacional se volcó pero no había manera de hacerla llegar hasta los necesitados. Sin duda el peor terremoto en la historia de Haití.

El Canal de la Compañía

Luego vinieron lluvias “atípicas” como los gobernantes califican los tremendos aguaceros que volvieron a desbordar las aguas negras del ya famoso “Canal de la Compañía”. De nuevo la carretera a Puebla quedó bajo las aguas negras, igual colonias enteras de Chalco, Ecatepec y DF. Los vecinos exigen solución cuando fueron las mismas autoridades las que construyeron el municipio de Chalco-Solidaridad que ahora está metros por debajo del canal de aguas negras de la compañía. Recuerdo cuando Carlos Salinas estaba por entregar la banda presidencial a Ernesto Zedillo, encendió las luces de esta nueva colonia que fue el orgullo de su programa Solidaridad. El riesgo de que vuelvan a romperse las paredes del canal está latente, nadie ni nada lo puede evitar. Este asentamiento está en el lugar equivocado y moverlo se antoja imposible, pero el canal seguirá siendo un riesgo, a pesar de que los funcionarios dicen que ya no habrá inundaciones.

Sismo en Chile

Hace una semana exactamente, la madrugada del sábado un fuerte sismo de 8.8 grados le pegó a la costa central de Chile. Lo que el terremoto no tiró lo destruyó un tsunami que llegó casi inmediatamente después. La marina chilena no advirtió a tiempo el riesgo y muchos murieron arrastrados por la fuerza del agua. Afortunadamente Chile no es Haití, la cultura de la prevención evitó muchas muertes, los reglamentos de construcción son estrictos. Lo que la presidente Michelle Bachelet lamentó fue la ola de saqueos ante el temor de quedar sin abasto de alimentos. El número de muertos identificados bajo a 270, nada si lo comparamos con los más de 200 mil muertos en Haití.

La cultura de la prevención

En México, el Instituto de Geología de la UNAM advierte que podría registrarse un temblor fuerte en las costas de Guerrero, las placas tectónicas no han liberado energía suficiente y se prevé un movimiento pronto. La advertencia no llega de Catemaco, son los propios investigadores de la Universidad Nacional los que alzan la voz para que no nos tome por sorpresa.

En resumidas cuentas, Marcelo Ebrard anunció un plan de protección civil que contempla un simulacro por semana, educación de protección civil y revisión de centros de reunión. Esto está bien pero hay riesgos como la resistencia de los segundos pisos. El propio Elías Moreno Brizuela, secretario de protección civil del DF, dijo desconocer si la obra del sexenio de López Obrador saldría bien librada ante un sismo. Los estudios de resistencia –si es que los hay- se guardan celosamente y se desconoce su resistencia, al menos públicamente, aunque un día después cambio de opinión y dijo que los segundos pisos aguantarán un sismo de 8 grados, aunque nadie quisiera estar en un segundo piso, o debajo de él durante un terremoto.

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