Esta semana dedico el espacio de En Resumidas Cuentas, a analizar el tema de la guerra fallida contra el crimen organizado. Para que no me acusen de negativo, doy espacio a la tesis del recien fallecido escritor argentino, Tomás Eloy Martínez, sobre la legalizacion de las drogas como una salida a este flagelo.

Cada día es más evidente que la guerra declarada por el Presidente Felipe Calderón al crimen organizado, en marzo del 2007, no es la solución al problema del narcotráfico. Según los últimos recuentos, tan solo en los primeros 34 días de este año 2010, el número de muertos por la operación de las bandas delictivas y narcotraficantes supera ya a las mil personas. Cada 48 minutos una persona muere a manos del crimen organizado y por las acciones emprendidas en contra de ellos. Cada golpe al narcotráfico es devuelto con más fuerza.

La ciudad más violenta del mundo

Ciudad Juárez tiene ya este calificativo que no supera ni la ciudad de Kabul, capital de Afganistán, o la propia Bagdad acostumbrada al estallido de suicidas que lo mismo matan policías que civiles. La muerte es ya tan habitual en Juárez que el año pasado se reportaron 2,632 asesinatos ligados al narco. La ciudad fronteriza se ha convertido en una especie de laboratorio para experimentar con las estrategias anticrimen, pero hasta hoy las evidencias de que algo en las formulas del gabinete de seguridad no funciona salta a la vista.

El pasado fin de semana 16 familias perdieron a un hijo o a una hija en un asesinato múltiple. De manera cruel y despiadada un comando de pistoleros llegó hasta el número 1310 de la calle Viñas del Portal, una fiesta donde se divertían jóvenes, separó a las mujeres y ejecutó al resto con un saldo de 16 muertos. Ante la falta de autoridad, los vecinos intentaron defenderlos de la agresión, pero recibieron una ráfaga de balas. La sociedad juarense se conmocionó así como casi todo México. Digo que casi todo México porque muchos siguen más preocupados por el aún irresuelto atentado contra Salvador Cabañas. Llama la atención como las autoridades se han volcado en atenciones en el caso Cabañas. Desde el presidente Felipe Calderón hasta el gerente del América, pasando por Chapultepec 18 y las autoridades capitalinas, todos han colaborado a hacer de este lamentable suceso un drama de la vida real.

¿Y los 16?

Las airadas reacciones de los juarenses, ante la desatención de la autoridad, se han puesto en evidencia al rechazar a los policías federales y a los militares, las fuerzas más representativas del fracaso de la lucha anticrimen. Estrategias van y vienen pero los asesinatos y las ejecuciones nadie las para en Juárez. El ejecutivo promete a los juarenses que no les va a abandonar, pero no viaja a la ciudad más violenta del mundo para dar un mensaje de aliento a la sociedad agraviada, de perdida una llamada de teléfono.

Una propuesta

Esta semana tuvimos que lamentar la muerte de Tomás Eloy Martínez, escritor, ensayista y periodista argentino, calificado como un gran cronista. Autor de obras como “Santa Evita” y “El vuelo de la reina”, con el que obtuvo el premio Alfaguara. En su última colaboración en el Diario El País de España, Eloy Martínez dedicó su espacio a hablar del narcotráfico. Escribió: los desafíos de la cultura “narco”. Menciona el poder de la droga y como la violencia genera una reacción opuesta más violenta. Asegura que el arma más efectiva contra los jefes del narcotráfico es arruinarles el negocio. Y la única vía posible para hundirlos es legalizando el consumo. Advierte que no se trata de alentarlo, sino de controlarlo invirtiendo en campañas efectivas de salud pública.

En resumidas cuentas, es evidente que luego de tres años de lucha contra el narcotráfico las cosas no son mejores hoy que entonces. No se trata aquí de criticar lo hecho, se ha trabajado fuerte en crear un esquema que enfrente al narco, ha habido capturas, decomisos, golpes espectaculares, muchos tan sólo mediáticos, muchos servidores públicos y civiles han muerto en el camino. Exigimos hacer un alto, analizar que se ha hecho bien y que no, y escuchar a la sociedad con propuestas como la que hizo Tomás Eloy Martínez, no hay que descartar nada. Las cosas no han funcionado y nada evitará en el futuro crímenes como el de estos 16 jóvenes de Ciudad Juárez, ellos no merecían morir ejecutados ante la incapacidad de la autoridad para evitarlo, no los olvidemos.

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